un poco más sobre mi
Escribo este curriculum poniendo datos que no son solo de estudios y trabajo. Para esto compuse uno más corto de rápida lectura. Lo correcto sería que llamara a éste “remembranza”, aunque siga siendo un curriculum. Creo que cada quien debería poner en un curriculum lo que para él es significativo, un poco como las piedras miliares de un camino que siempre es único y no forma parte de la historia visible. Así se va enterando, quien tenga el deseo de hacerlo, de algo más transparente e indicativo sobre el sujeto en cuestión. Como decía en los años ´60 el artista plástico Andy Warhol, que con pasmosa claridad había intuido la nueva Era:
“…Everybody says…fantastic things. People are always putting it down as an invasión of privacy, but I think everyone should be bugged all the time…bugged and photographed.”
1949 - 1956 — Nace un 19 de Julio en el hospital de San Giovanni Valdarno, cerca de Florencia, Italia, en la región de Toscana. Vive hasta los 7 años en el campo, en las afueras de un antiguo pueblo minero de la edad media: Castelnuovo De´Sabbioni, donde el padre es uno de los ingenieros directores de la mina de lignito cuya extracción sirve para generar energía eléctrica (ENEL).
A los 4 años de edad, en un cuarto de hotel en Riccione, en la Versilia Toscana, cerca del mar, tiene fiebre alta, 39 grados, y se encuentra sola. Frente a su cama se encuentra un viejo ropero y una de sus puertas está abierta. En este ve un crucifijo de madera no muy grande, de unos 50 centímetros de alto. Cuando finalmente puede levantarse se da cuenta de que en el ropero no hay nada. Pero desde esa noche empieza a contarse y a actuar durante años una historia que terminará de contarse a los 19 años de edad; una historia que tiene un inicio y un final preciso, sobre un planeta lejano y más grande que la Tierra dividido en dos, entre belleza y fealdad, entre bondad y maldad, en donde después de muchas guerras y sufrimientos su gente se unifica en un mundo de belleza y armonía.
En el pueblo de Castelnuovo no hay teléfono, ni televisión, ni hospitales. El único carro que existe recoge por las mañanas a los ingenieros y administradores de la mina y los regresa en la noche a sus casas. Para llegar a la escuela, a dos kilómetros de distancia, varios niños de las casas limítrofes se juntan para caminar en la madrugada, todavía a oscuras y a veces con nieve, para llegar al único salón de clases donde la maestra Tanzini, mujer amorosa y totalmente dedicada a la enseñanza, imparte al mismo tiempo sus clases a los cinco niveles de primaria.
En el año de 1956 viene convocado a nivel nacional, desde Roma, la capital, un concurso de dibujo entre todos los niños de primer grado de primaria. Con un dibujo de Caperucita Roja y el Lobo supuestamente Feroz gana el primer premio nacional. Desde Roma le llega una flamante Enciclopedia para niños y una caja de lápices de color marca Giotto. Todos los pequeños de las casas vecinas llegan a ver estas maravillas sobre la mesa de mármol de la cocina. Son los años del postguerra y estas cosas representan algo extraordinario.
Colinas de la Toscana, de una dulzura triste gris-azul en invierno, resplandecientes de rojo y oro por los campos repletos de trigo y amapolas en el verano, con las chicharras que se agasajan al sol y los grillos y las luciérnagas en las noches repletas de estrellas.
Moldea barcos en el barro que le regalaron, debajo de los cipreses frente a la cocina de la casa grande. Ve las colinas abajo y los campos de trigo desde el bello jardín con la fuente de la casa y más abajo, escondido entre las pequeñas rosas que se enredan en los muros y en las escaleras, está el jardín secreto de la tortuga, donde siempre se refugia porque nadie entra en ese jardín y una viejísima tortuga vive allí tranquila.
1957 - 1967 – La familia se transfiere a Florencia para permitir a la hermana mayor estudiar en una escuela secundaria privada. El padre sigue yendose con los ingenieros que viven en Florencia a trabajar en la mina de Castelnuovo. Un carro los recoge temprano por la mañana y los deja en su casa en la noche. Sólo el domingo ella lo puede realmente ver y aprende a caminar con largas zancadas para mantener su paso cuando se va fuera con su padre. Son sus momentos de felicidad. La obligan a formarse en hileras ordenadas para salir de los salones de clases; ya no hay resbaladillas ni campos abiertos donde correr hasta no tener aliento; no hay libertad. No hay animales, pasto, el infinito horizonte de las colinas; las piñas repletas de piñones, las moras silvestres, el olor a musgo y a violetas al terminar el invierno. Todo es concreto cerrado.
La eligen como dibujante para la revista de la escuela, cuyas copias en ciclostil circulan entre los salones de primaria. Ilumina cuentos de los alumnos, eventos de los grupos, fantasías y canciones. Se muere de tristeza, el departamento donde vive es pequeño. Su refugio es una caja por debajo de la mesa de cocina. A los nueve años hace su Primera Comunión con otros ochenta niños; a decir de la encargada en prepararlos y de las madres de los niños, es una pequeña “santa” a quien las mamás se recomiendan para el rezo de aquel día especial. En las noches abre la ventana y mira hacia el pedazo de cielo que se deja ver entre edificios, habla con Dios. Es el único momento en que la respetan. Luego entra el frío y cierra la ventana.
Entre preparatoria clásica, científica y artística, ella quiere estudiar la artística. Le aconsejan la prepa clásica, “que forma el intelecto”. Para el arte, “ habrá tiempo”.
El 4 de Noviembre 1967 el río Arno desborda e inunda Florencia. Los edificios más cercanos son sumergidos bajo cuatro metros de agua. Se desalojan los viejitos sobrevivientes y las obras de arte en los sótanos del gran museo degli Uffizi; jóvenes de todo el mundo acuden a ayudar en el rescate de los cuadros porque, dicen, Florencia no es solo de los florentinos: le pertenece a todo el mundo. En Plaza de Santa Croce, junto con los demás voluntarios, escucha el canto de Joan Báez desde el altoparlante que han puesto los demás jóvenes: “… We shall overcome, some day.” Nosotros lo lograremos algún día. Lograremos despertarnos y despertar. Como un potro salvaje, ella empieza a oler de nuevo aires de libertad.
1968 - 1969 — Al terminar la preparatoria quiere inscribirse en la Academia de Bellas Artes. Una vez más sus padres le aconsejan una carrera universitaria más formal, tal vez Arquitectura, que es la que más se acerca a algo artístico. Se inscribe a Arquitectura. En Mayo de 1968 habían surgido importantes motines en Francia, (el Mayo Francés) seguidos por movimientos estudiantiles en muchas partes del mundo. Los jóvenes manifestaban su inconformidad ante la inclemencia de un mundo que iba al mismo tiempo a la luna y hacia una catástrofe en la Tierra. Las clases de Arquitectura son interrumpidas, se abren comités permanentes en la Universidad ocupada, se distribuyen volantines en las fábricas, hay manifestaciones. De vez en cuando, un examen.
Crisis personal. El frío aristócrata de Florencia le entra hasta los huesos; la hermosa Florencia, dormida en los laureles del pasado después de un Renacimiento glorioso que había creado cinco siglos antes; con un presente que prefiere absorber, no darle importancia, volver nulo para no cuestionarse la inquietud de las nuevas generaciones. Los Rolling Stones gritan “Paint it Black”, en respuesta a la buena onda de los Beatles. Ella danza vestida de rojo al compás de esta música intensa cuando nadie la ve.
1970 - 1976 — Se traslada a Roma, ciudad abierta, más cálida. Se inscribe a la carrera de Filosofías y Letras, donde toma la rama de Etnología, específicamente Culturas indígenas de América. Antes de Carlos Castaneda y sus libros sobre las enseñanzas de Don Juan, la etnología era objeto de interés solo para unos cuantos especialistas en la materia, una especie de exótico entrenamiento sobre culturas primitivas a punto de ser asfixiadas por la civilización. Con Castaneda se abren horizontes insospechados. El chamanismo, luego de ser perseguido en Siberia bajo pena de muerte durante la época soviética, o en el mejor de los casos con el encierro en los campos de trabajos forzados, los “gulag”, logra resurgir con estos libros en el interés de Occidente.
Viaja a la India y Nepal por un largo periodo, se pierde, se vuelve a encontrar gracias a una grave hepatitis que en realidad le salva la vida, vuelve a Roma. Participa como actriz en la película “Los cuentos del Aretino”, estudia dibujo como alumna externa en una Academia de Arte. Se traslada a Londres durante un tiempo donde vive en una comuna inglesa cerca de Portobello Road; luego se va a vivir en otro barrio con unos amigos latinoamericanos. Vuelve a Italia, dibuja a conocidos y gente cercana. Su madre le aconseja que se dedique a la pintura, que esto es lo que le dará felicidad. Envía diapositivas de sus dibujos para inscribirse al prestigioso Saint Martin´s School of Art de Londres. Le dan una cita. Llega a Londres con su portafolio de dibujos. El despertador no funciona. Solicita otra cita explicando lo ocurrido. Se la dan nuevamente para el día siguiente. Al ir a la segunda cita se le rompe un zapato. Imposible caminar por Londres sin zapatos. Tiene que esperar a que se abra una tienda, llega tarde, no le creen y ya no la reciben.
Vuelve a Roma para terminar el ciclo de estudios en la Universidad. En realidad se sentía culpable de haberlos dejado a medias. Las etapas de la vida hay que terminarlas.
En los veranos de 1974 y 1975 viaja a América Latina, donde el profesor de la Cátedra de Etnología le había encargado una investigación para la tesis: ”Tono y Nagual en el Sureste de México”, enfocada, precisamente, a la flamante búsqueda de Carlos Castaneda. Estudia en la Biblioteca del Museo de Antropología de la Ciudad de México. Se enamora de los grandes espacios de México y del arte muralista de Diego Rivera en el Palacio Nacional. Las dos veces también viaja a Nicaragua, donde escribe las conclusiones de su tesis para el examen profesional en un viaje de hongos acompañada por “Carlach”, el perro pastor alemán, una noche de lluvia en el jardín lleno de flores de la casa donde está hospedada. Termina de escribir la tesis en Roma, con material de los primeros misioneros de la Biblioteca Vaticana. Se recibe en Junio de 1976. Está embarazada de tres meses. En Diciembre nace su hija. En la primavera de 1977 expone por primera vez en una colectiva de pintura del “Villaggio degli artisti” , en Morlupo, cerca de Roma, con su obra “Etruria y orígenes”.
Se le abre la perspectiva de trabajar en el ámbito teatral, organizando espectáculos alternativos para la Radio Televisión italiana (RAI), quedarse con su compañero peruano, padre de su hija,con el cual convive desde hace tres años y eventualmente casarse. Ella siente que todo esto no va a funcionar y decide irse, esta vez a vivir, a México. Él no quiere ir a México, sería volver al “tercer mundo”, dice, del cual se ha alejado. Se despide del padre de su hija, que ha ido a acompañarlas al aeropuerto y parte con Roberta de ocho meses de edad.
1977 - 1978 — El 27 de Agosto llega a la Ciudad de México con el anhelo de poder finalmente estudiar en una Academia de Bellas Artes. Se inscribe en la Academia del San Carlos, con sede atrás del Palacio Nacional, en el corazón de la gran ciudad. Pero entre los otros jóvenes se siente mayor y con la responsabilidad de su hija. Encuentra trabajo en un proyecto de investigación sobre el agro en el Sureste de México por cuenta de la Secretaría de Reforma Agraria. De allí entra en la entonces Secretaría de Programación y Presupuesto, a trabajar en el Programa PIDER, de zonas marginadas con potencial productivo. Es analista del Estado de Yucatán. En la oficina al doceavo piso del edificio en Fray Servando, no hay ventanas hacia el exterior, únicamente luz artificia; no tiene tiempo de ver a su hija, solo la mañana temprano y en la tarde al volver del trabajo. La niña se queda sola en casa con una muchacha. Nuevamente crisis personal. El trabajo de campo en Yucatán es hermoso, pero no así el trabajo de oficina.
Quiere estudiar cine. Participa en el concurso del Centro de Capacitación Cinematográfica (C.C.C.) de los Estudios Churubusco donde pueden admitir quince alumnos al año y entre éstos sólo tres extranjeros. Es aceptada.
1978 - 1991 — De 1978 hasta 1982 estudia toda la carrera de cine, especializándose en guión y Dirección de cine. Para cursar sus estudios obtiene beca del CONACYT, “Intercambio jóvenes técnicos” durante dos años y la beca de la Secretaría de Relaciones Exteriores por los siguientes dos años. Se recibe como Directora de cine en Septiembre de 1983 con un mediometraje en 16 mm. de una hora de duración, del cual es también guionista: “Coyoacán”. En 1984 la película es seleccionada para la Terna de los Arieles, categoría ficción, de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas. “Coyoacán” narra una historia realmente acontecida entre bohemios e intelectuales que frecuentan el Café Parnaso y la cantina “Guadalupana” en la Colonia Coyoacán. En este contexto la autora invita, al inicio y al final del drama que se desenvuelve en la película, a que el “el salvaje salga de la jaula”, representado por un hombre semidesnudo enjaulado. En ese mismo año 1984, filma como guionista y directora un documental en 16 mm, de 50 minutos de duración, para el Centro de Producción de Cortometrajes de los Estudios Churubusco. El proyecto entra como “Templo Mayor”, ya que cuenta con material de primera mano filmado en 1980 del recién descubierto Templo Mayor y de las calles recién restauradas de la Corregidora y de la Moneda en el centro de la ciudad. El documental tendrá luego como título: “México D.F., el lugar del ombligo de la luna”. De manera iconoclasta junta las piezas del complejo rompecabezas que es la Ciudad de México a través de un “presentador” poco convencional, que empieza a describirla muy decentemente teniendo en la mano una copita de brandy en las afueras de la ciudad y termina hasta atrás en el corazón de la Gran Tenochtitlán.
En enero de 1979 conoce a un joven compositor estudiante del Conservatorio, Armando Salas, que la ayuda a encontrar música para la película “Coyoacán” y él mismo compone piezas nuevas. Se casarán en enero de 1980. En 1981 adquiere un terreno en Coyoacán. Allí construirá, con la ayuda económica de su padre, su primera casa. Ella se ocupa del diseño arquitectónico, de la compra de materiales, de las pagas a los trabajadores, de la terminación de la obra, ayudada por un viejo arquitecto y unos magníficos albañiles teotihuacanos. En Septiembre de 1985 un temblor de grandes proporciones asola a la Ciudad de México. A la casa no le pasa nada, salvo a unas tres balastras de piedra de un balcón del tercer piso, que se caen allí mismo y se vuelven a poner. Está por renovar sus papeles en Gobernación y decidir si se queda en México como italiana con permiso de trabajo o si se nacionaliza mexicana, por haberse casado (y posteriormente divorciado) con mexicano. Al ver la auténtica solidaridad de todo un pueblo, cada quien aportando en lo que puede sin esperarse nada a cambio, decide nacionalizarse mexicana. En ese tiempo no era posible tener doble nacionalidad, así que renuncia a la italiana: a partir del 8 de Enero de 1986 es naturalizada mexicana.
De 1979 hasta 1991 trabaja en el cine en distintos sectores: como asistente de dirección del cineasta Luis Mandoki en un episodio para INCINE de “Tres Cuentos indios”, fotografiado por Gabriel Figueroa; (al finalizar el rodaje, el comentario que recibió de este director fue haber sentido que había filmado con cuatro ojos, en lugar que con dos); en el inventario del archivo del Centro de Producción de Cortometrajes de los Estudios Churubusco; como traductora y asistente de compras del equipo italiano de efectos especiales en el Departamento de Arte en la producción norteamericana “Total recall” de Paul Verhoeven, protagonizada por Arnold Schwarzenegger; como actriz en el papel de la esposa de Enrico Fermi, el descubridor de la bomba atómica en el equipo de Oppenheimer durante la segunda guerra mundial, con dirección de Roland Joffe en “Fat Man and Little Boy”, entre cuyos actores se encuentra Paul Newman; se ocupa del vestuario y ambientación en los comerciales “XX Lager” en el galgodromo de Tijuana, Baja California y de los chocolates “Ferrero” en Acapulco, Guerrero. Escribe varios guiones, algunos en fase de sinopsis, otros hasta el quinto tratamiento y algunos cortos ya filmados: “Dionisos, antecedentes”, la danza mística libre más allá de las conveniencias: en una reunión alrededor de una gran mesa en un ambiente aséptico, una participante brinca al improviso sobre la mesa y empieza a danzar, luego sale descalza y se abraza a un árbol del espacio exterior; “Vida, pasión y muerte del escritor aficionado Hermes González”, un hombre vive obsesionado por la imagen de la madre la cual finalmente, en su imaginación, acaba con él: una especie de Edipo al revés; “Piedra de sol”, inspirado en el poema de Octavio Paz., entre realidad y símbolo.
Por filmar: “Paraíso, o el otro lado de la barra”, una pareja de jóvenes tiene mucho que aprender de una comunidad “primitiva” de pescadores del Estado de Guerrero; “Hotel California”, un joven de buena familia que juega al narco en los años `80 y una actriz con una vida brillante, renuncian a todo y huyen juntos para permitirse una vida más auténtica; “Oro”, la búsqueda de la piedra filosofal en la Edad Media y en otras épocas, su verdadero significado más allá de obtener la transformación del metal común en oro; “El árbol de la vida”, sobre el ciclo de la existencia en sus varias etapas; “Historia de la monja y del hombre salvaje”, la pasión entre un hombre y una mujer es más fuerte que cualquier atadura de orden social o moral; “La pirámide del adivino”, la historia del enano mago de Uxmal en Yucatán, de quien según la leyenda salió la Pirámide del Adivino; “La verdadera historia de Tepoztlán”, una sirvienta de 19 años de edad nativa de este pueblo decide contarle a una huésped de la casa donde trabaja lo que un maestro de la escuela le había revelado en su nativo idioma náhuatl, sobre el origen de este pueblo y de su cacique Tepoztécatl; “El parto”, sacado de un cuento erótico italiano de Franco Sacchetti, del Siglo XIV; “Amorcito”, adaptación de un episodio humorístico de los cómics populares mexicanos de Hermelinda Linda.
En 1987 publica su primer artículo en dos partes en la sección de “El gallo ilustrado”, periódico “El Día”, sobre Nicaragua celebrando su primera Constitución política el 9 de enero de ese mismo año, momento en el cual ella estuvo presente, y reúne sus poemas escritos desde 1974 hasta 1987 en una antología por publicar:“ In all beginnings dwells a magic force…” En 1989, en el estacionamiento del patio de su casa en Coyoacán, construye en pocos meses otra casa que podrá rentar y así tener una estabilidad que le permite moverse más libremente. También en este caso ella dibuja el plan y se ocupa directamente de la compra de materiales, de la paga y de la coordinación de los trabajadores, de estar presente diariamente en el proceso, lo cual le ahorra mucho dinero y así puede realizar una mejor casa con menos presupuesto. El nuevo arquitecto contratado dibuja los planos arquitectónicos según el dibujo de ella, obtiene los permisos y controla la solidez de las cimentaciones y el tipo de varillas de muros y techos que se necesitan. Los albañiles contratados son un hijo del anterior maestro de obra, que ya se retiró, y otros teotihuacanos que llegan con el hijo.
En 1990 escribe el guión “El gesto de la muerte”, para la serie “La Hora marcada” de Televisa que pasaban a las diez de la noche, inspirado de un cuento sufi sobre la Muerte y un jardinero de la antigua Persia, que al tratar huir de ésta se la encuentra precisamente en donde pensaba estar a salvo. El episodio está listo para grabarse en Febrero de 1991 con actores ya apalabrados etc., cuando, en enero de ese mismo año, se cae el entero Programa de la Hora marcada.
Nuevamente una crisis personal. Tiene que elegir si aprender bien inglés y seguir haciendo cine yéndose a Los Ángeles, donde puede trabajar con sus amigos cineastas que se han trasladado a Estados Unidos, o cambiar totalmente de rumbo y cumplir con un sueño antiguo: irse a vivir frente al mar. Se decide por éste último. Alguien que dirige uno de los grupos de superación personal de Gurdjieff, le había preguntado años antes en una entrevista para ver si la aceptaban, si el cine era para ella un fin o un medio. Ella, que hasta ese momento se había sentido orgullosa de ser cineasta, empezó a cuestionárselo. En el momento de la crisis se acordó que una de sus metas en la vida era vivir frente al mar, viendo al mar, muy juntito al mar, y que cualquier otro lado iba a ser un largo, larguísimo exilio.
1992 - 2006 — Se traslada con su hija al Sureste de México, Estado de Quintana Roo. Por lo pronto tiene que quedarse en Cancún, el único lugar donde existe preparatoria en el norte del Estado para que Roberta pueda estudiar. Vive entre Cancún, donde trabaja como antropóloga y participa en actividades pictóricas, y Tulum, en el balneario-comunidad Santa Fe, con gestión de Arturo, “Bob” y de los antiguos propietarios, que terminarán vendiéndolo en el año 2003. Cuando está en Santa Fe renta una cabaña a veinte metros del mar; pinta y escribe allí la mayoría de sus artículos, compartiéndolos al leerlos, antes de entregarlos al periódico, con los artesanos viajeros que dan su punto de vista, cada uno con su propia intensa historia de vida sobre sus espaldas. Momentos de verdad vitales, de crítica escueta y opiniones reales. En Santa Fe no hay luz eléctrica, los baños son comunes, las cabañas, muy rústicas, tienen camas de piedra. La comida es barata, pagada antes de servirse. Allí llega gente de todo el mundo y se rige con bajo presupuesto. Hay música y danzas espontáneas, celebraciones en la playa con cualquier pretexto con pescado tik-in-chik en hojas de plátano, cocido en un hoyo en la arena donde todos ponen los dedos y nadie se enferma, con fogatas en las noches llenas de estrellas donde los tambores son tocados hasta que sus ejecutantes se despellejan las manos hasta sangrar, donde no son “machos”, afirman, pero son muchos. Los niños están desnudos y los adultos a veces también. En 1996, durante dos eclipsis de luna, el 26 de Marzo y el 26 de Septiembre, aprende a tocar el caracol con los niños.
En 1993 entra a trabajar como antropóloga para la zona maya en “Coordinación Estatal de Desarrollo Municipal”, las oficinas del Gobernador de Quintana Roo en Cancún. En Abril de 1994 entrega su escrito: “Algunas propuestas para implementar la producción en las comunidades mayas e integrarlas al proceso de desarrollo del Estado”. A finales de Abril se sale de este trabajo.
Viaja a Palenque, donde acaban de descubrir el templo XIII de la “Reina roja” junto a la pirámide de Pakal, y el Templo XX, del Sol. En Mayo de 1994 participa por primera vez en un “Consejo de visiones” en Michoacán, organizado por la primera comuna fundada en México, la “Huehuecoyotl” de Tepoztlán, Estado de Morelos, de la cual es co-fundador Alberto Ruz Buenfil, hijo del célebre arqueólogo descubridor de la tumba de Pakal en Palenque Alberto Ruz Lhuillier. En 1996, 1998, 2010, 2011 y 2013 se encuentra en los Consejos de Visiones organizados en México, y en 2009 en la primera comunidad fundada, en el año de 1971, en Estados Unidos:“The Farm”, en Tennessee. En Estados Unidos participa también en Danzas del Sol de los nativos de Norteamérica en la reservación de Sur Dakota, año 1999, y en Oregón, años 1999 y 2004.
En 1999, en San José de Costa Rica participa en la Cumbre Mundial sobre la Paz y el Tiempo, organizada por José y Lloydine Argüelles, y en la ceremonia del Encuentro de los bastones de mando de las tribus indígenas del Norte, Centro y Sur de América en las colinas aledañas a San José. En estas ceremonias y convivencias se rescata la tradición indígena del continente americano abriendo un diálogo entre nativos y occidentales sobre alternativas de organización social, espiritual, de respeto y crecimiento recíprocos, en armonía con la naturaleza.
En 1994 encuentra un terreno con una de las primeras casas construidas en Cancún, no lejos de la zona hotelera, que habían servido para hospedar a los ingenieros que levantaron esta ciudad en su nacer. Durante dos años remodelará completamente la casa, aún viviendo entre sacos de cemento, polvo y trabajadores que entran temprano y se van tarde. Sus cajas de mudanza se quedan cerradas esperando ser acomodadas una vez terminados los trabajos. Esta vez no tiene arquitecto, sólo un geómetra que levanta el plan para obtener los permisos de remodelación; y contrata al mejor calculista de Cancún para reforzar muros y columnas.
Desde el año 1994 hasta 2006, durante trece años, publica artículos y poemas para varios periódicos y revistas de Quintana Roo: principalmente en la sección cultural del periódico “¡Por Esto! de Quintana Roo” y en la revista de la casa del escritor “TROPO a la uña”; en la revista “Sacbé, camino de la armonía”, en “El gatopardo”, en “Now Cancún”, en “Cancún consciencia turística”, en la revista “Xcaret” y en el periódico “Novedades”. En 2007, ya viviendo en Tepoztlán, estado de Morelos, publica un poema en la revista “Río Hondo” de Chetumal. En el año 2000 participa en un concurso literario “Premio Juan Rulfo” con una novela corta: “El jardín de la tortuga”. En 2004 hace una recopilación de nuevos poemas, algunos ya publicados en periódicos y revistas de Quintana Roo, con título: “Fuego nuevo”, antología por publicar.
De 1994 hasta 1996 estudia pintura en Cancún con maestros privados y en la Casa de la Cultura. En 1995 su obra en sascab y óleo “Kukumatz-Huracán, corazón del cielo”, es seleccionada en el primer concurso de la Fundación Oasis de premios de pintura. En 1996 es cofundadora, junto con otros pintores, de la “Fundación artistas plásticos de Cancún”. Con ellos pinta murales y participa en innumerables exposiciones colectivas en Cancún, Cozumel, Playa del Carmen, Tulum y Chetumal. Inquieta sobre la técnica de su arte quiere aprender pintura de manera más formal, pero tiene que negociar con varios factores, no último el económico, la manutención de su hija en la universidad (el Tecnológico de Monterrey) y la gestión de sus casas. Adquiere un terreno en Tulum a la orilla del mar, cuando Tulum todavía no había sido descubierta por el gran capital. Desde la adolescencia ha soñado, imaginado y diseñado una comunidad-balneario a la orilla del mar, auto sostenible a través de la renta de cabañas o casas por períodos cortos, con lugares de reunión en común, una sala de danza y de música con un diferente propósito que el comercial, un lugar de ejercicio físico y uno de meditación, proporcionando actividades turísticas con viajes especiales a zonas arqueológicas, viajes en barco o a caballo, talleres abiertos para foráneos y locales, en donde gente de distinta origen y economía pueden converger durante un tiempo hacia un propósito común: artístico, de conocimiento, y espiritual. Empieza a dibujar planos para la construcción de los dos lotes, y a través de un arquitecto obtiene permisos de construcción para el primero, el que se encuentra a la orilla del mar. Pero al iniciar a construir, se enfrenta a muchos problemas con este arquitecto, con conseguir materiales de construcción, con el momento que ha empezado a vivir Tulum y los intereses que se están manifestando cada vez con más hostilidad. Se da cuenta que la contundente realidad la rebasa y que no puede sola. Decide alejarse momentáneamente.
2006 - 2016 — Se traslada a Tepoztlán, Estado de Morelos. Un astrólogo de la comunidad del Lobo Blanco del Sur de Chile, que encuentra en la Ciudad de México, le pregunta: si estuviera a punto de morirse, ¿qué lamentaría no haber hecho en la vida? La comunidad a la orilla del mar o la pintura? La respuesta es no haber tenido más tiempo para poder desarrollar su arte. El astrólogo le sugiere que tome el camino de la pintura. En la primavera del 2007 tiene que irse por una semana a San Miguel de Allende, Guanajuato. Un día, caminando por el Ancha de San Antonio, ve a un extenso edificio de piedra inundado de sol. Le parece tan bello que quiso saber que había en su interior. Entra por una puertita estrecha y ve pinturas murales. Pregunta por la función de aquel lugar. Le dicen que es una Academia de Bellas Artes y se llama Instituto Allende. Pregunta si puede inscribirse en la carrera completa. Le contestan que en julio hay un examen y si la aceptan puede entrar. Hace el examen y se inscribe, emocionada como una adolescente. Cursa la carrera de Artes Visuales como alumna regular. En Agosto de 2014 recibe junto con otros alumnos la Constancia de que ha pasado todas las materias. Empieza a preparar su titulación para la Universidad de Guanajuato con diez cuadros al óleo que ya había parcialmente pintado el año anterior en las clases con técnica al óleo, con título: “Novus ordo mundi”, y un texto sobre el tema del nuevo orden mundial que se está gestando desde el 11 de septiembre del 2001, con la caída de las dos torres gemelas en Nueva York. Durante estos años participa en exposiciones colectivas en San Miguel de Allende y en León, Guanajuato. También una individual de fotografía en San Miguel.
Vuelve al Caribe. En 2015 escribe, en colaboración con su hija Roberta por Skype, el proyecto “Sonne”, elaborado desde la idea del balneario y centro cultural frente al mar en Tulum, cerca de la zona arqueológica, para encontrar posibles socios con capital a quienes interese el proyecto. En 2016 le pone color a una fotocopia de tamaño pequeño de un mural de 10 metros x 2 realizado en grisalla sobre papel en 2013, en clase de mural, adaptado a la naturaleza del Caribe, que propondrá al gobierno del municipio de Tulum en material duradero, el mosaico, para trabajar conjuntamente con dos mosaiquistas profesionales, mexicana e italiana respectivamente. Ella piensa que el mural podría ser en la Biblioteca pública de Tulum. El funcionario de la entidad propone que sea en el exterior del mismo municipio. En papel se modifican las dimensiones de acuerdo al espacio elegido: 10 metros x 8.60. Se proponen dos meses de tiempo para presentar el presupuesto de acuerdo al costo del material y del tiempo previsto de trabajo. Era necesario ir a Cuernavaca para ver el mosaico directamente en la fábrica y apartarlo, buscando alternarlo en parte con otras piedras menos costosas para complementar el mosaico, que puede seguir intacto en color y resistencia durante milenios.
Sin embargo, como a veces sucede, hubo cambio de planes. La junta política de Tulum iba a cambiar en unos cuantos meses y no era conveniente presentar el proyecto antes de que entrara la nueva. También era oportuno hablar con el secretario de turismo del estado para confirmar la posibilidad de llevar a cabo el mural, tratándose de un proyecto de al menos un año de tiempo, con tres o cuatro personas trabajando tiempo completo. Y otra circunstancia, la de un incendio el 2 de Noviembre 2016, Día de Muertos, a las 7 de la mañana, que destruyó la mitad de la planta alta en Cancún con todo lo que allí estaba: la mayor parte de sus trabajos de pintura ya terminados, fotos de los cuadros y más de doscientos dibujos que pensaba fotografiar para añadir al catálogo de su flamante página web: la tortuga por fin sacaba su cabeza del caparazón. El 2 de noviembre 8 toneladas de escombros salieron de su casa. Y ella, milagrosamente viva.
Rentó una hermosa casa en San Miguel de Allende, una casa–universo grande, con vida propia, espaciosa, para terminar su licenciatura en Artes visuales.
“Así que estoy aquí de nuevo, saliendo “ degli ínferi” a cielo abierto, viva, para terminar aquel ciclo de arte que se llama Licenciatura en Artes visuales, que me exige 485 horas de servicio social profesional y un catálogo de la obra que volveré a pintar, ya que 9 lienzos, algunos de los cuales ya estaban terminados, han sido purificados por el fuego: “Novus ordo mundi”, el nuevo ordenamiento mundial. El décimo trabajo: “Dios es más grande”, o “Seemann”, se ha salvado porque estaba en mi recámara. A partir de allí y porque la vida sigue, seguirán, me lo exige el maestro tutor de mi examen profesional, 15 pinturas más, o 14 pinturas y una escultura, la que se licuó y que puedo volver a hacer, ahora sí, hasta llevarla al bronce que en el fuego se hace fuerte, sobre “Los héroes de las mil caras” que la humanidad ha tenido, entre los indios y los blancos, los negros y los amarillos, hijos del padre porque tenían fe en la tierra con la esperanza de un mundo mejor; que han abierto camino, guiados por el Espíritu Santo y una compasión infinita.”
(San Miguel de Allende, Guanajuato, Enero de 2017)
2017 – 2024 – Sin embargo, aquel mismo enero 2017 hubo cambio de planes. En lugar de la obra inconclusa y destruida en parte por el incendio de corte pesimista sobre el rumbo que estaba tomando el mundo a partir del choque de aviones en contra de las dos torres gemelas de Nueva York, se me ocurrió pintar una gran esperanza. Post tercera guerra mundial, o post locura colectiva ejemplificada en el nuevo posible orden mundial, o post año 2012, año en el cual supuestamente se iba a acabar el mundo pero que los antiguos mayas habían definido como el final de un ciclo de 5125 años, o Baktún, en donde todas nuestras certezas se iban a caer inexorablemente en el caos creador para comenzar un nuevo baktún con nuevas características; de aquel crisol revelador surgiría una nueva era para la humanidad, con nuevos valores válidos durante otros 5125 años, de ser que sobreviviéramos a posibles catástrofes naturales o a nuestro espíritu autodestructivo siempre al acecho.
Fe en la tierra, o Faith Earth, como le gustó llamarlo al dueño del Instituto Allende, señor Rodolfo Fernández Martínez, tomó el rostro de un mural, el mismo que había pintado en grisalla en la clase de mural y que había vuelto a dibujar, esta vez a color, con figuras añadidas y diferentes proporciones para el Caribe mexicano.
Propone la ejecución del mural pintado en grisalla, pero en color, al Instituto Allende. Espera pacientemente un año para que le den una respuesta. A inicios de 2018, aceptan su propuesta de mural ofreciéndole elegir el salón. Le gusta el salón de pintura 35, la pared que tiene una puerta en el centro que se abre al precioso jardín del Instituto Allende. Una puerta abierta a la Naturaleza y a la Esperanza. Quiere incluirla como parte activa del mural. En los siguientes meses, junto a dos albañiles y a un electricista preparan la pared; y busca, junto con un carpintero y un tallador, una buena madera de caoba para fabricar una nueva puerta y esculpirla en bajorrelieve.
La ejecución de Fe en la Tierra dura tres años exactos, desde mayo de 2018 hasta mayo de 2021, con todo y pandemia en el medio, cuando el Instituto tiene que cerrar sus puertas hasta nuevo aviso, periodo en el cual pasa en limpio su reporte de 5 cuadernos, - material solicitado por el dueño del Instituto-, que se transforma posteriormente en libro. El mural “Fe en la Tierra” se inaugura el 6 de agosto de 2021.
El libro con título "Felicidad es: salón 35, historia de un mural", de 520 páginas, tiene un primer tratamiento que se registra en la Sojem (Sociedad de escritores) en la Ciudad de México, en febrero de 2022. Escribe la versión definitiva en octubre de 2023 en Cancún. Actualmente, mayo de 2024, está eligiendo varia fotos digitales, entre su obra pictórica y fotos personales, trabajos de otros artistas significativos en el contexto del libro, sucesos políticos reales, imágenes que explican las ideas y las teorías que propone y el mural en su proceso de ejecución qué constituye, naturalmente, el eje conductor del libro.
NOTA DE LA AUTORA: Tal vez este curriculum tan multifacético maree un poco. Si tuviera que decir cual es mi profesión, a qué me dedico, no sería ciertamente enumerar mis muchos estudios ni decir que soy etnóloga (antropóloga), ex cineasta, artista plástico y casi arquitecto, que es, éste último, de lo que más me he vivido y sigo viviendo. Diría que soy aprendiz de brujo, al estilo de Gandalf en el Señor de los anillos; aprendiz, porque en esta ciencia uno nunca se gradúa y en la vida del espíritu siempre está al principio. También soy ciertamente buscadora del misterio de Dios, lo que en otros tiempos podría haberme definido como animal místico, desde antes de tener el uso de la razón, mucho antes. Nací con aquella peculiaridad. Todo lo que hago, lo que he hecho, los viajes, los lugares en donde he vivido, han sido y son un medio, la oportunidad de acercarme a Dios y encontrar el amor. El Sol es mi guía. El Sol y el Amor. La mayoría de las decisiones que he tomado en la vida han sido dictadas por éstos. Decisiones poco racionales y muy femeninas en el sentido tradicional de tal acepción. Aunque he construido casas, siento que mi verdadera casa es sólo el corazón de mi hombre. Que el amor es la chispa de vida que permite soñar, vislumbrar, ser vidente, imaginar, ver el cielo infinitamente más azul, crear, llorar, reír, jugar. He pasado a través de muchos errores, pero si no los hubiera vivido no sería lo que soy ahora, y me gusta como soy. No me cambiaría por nadie. Sé que las decisiones más importantes han sido acertadas. No reniego de mi naturaleza, que a pesar de las aparentes contradicciones me han estado llevando, de acuerdo a las posibilidades y al entendimiento del momento, a un camino poco usual. Alguien me dijo: “You are a jungle lady.” Es verdad. Otro afirmó que pertenezco a la más alta jerarquía espiritual. Y otro, al terminar de filmar una noche tremebunda en pleno centro de la Ciudad de México me dijo con admiración que yo era una líder natural. Todos estos son cumplidos imposibles de olvidar. No sirvieron para sobar a un ego pomposo, sino como contrapuntos hermosos a las criticas constantes de las cuales he sido objeto. Pequeñas grandes piedras miliares que me ayudaban a verme a través de los ojos de otro. Es difícil ser un ser raro; podría terminar marginado o en un manicomio. Me he pasado infancia y adolescencia fingiendo ser un ser compatiblemente normal para evitar, si no lo uno, por lo menos lo otro.
En el antiguo calendario maya Tzolkin, soy Tierra lunar roja tono 2, entrando por la puerta del Guerrero. El signo que rige el mes de 28 días solares y que es el último en el calendario maya, del 27 de junio al 25 de julio, es la tortuga. Soy lenta, pero segura. Y soy, en el tablero del Tzolkin, portal galáctico 197, lo cual quiere decir que tengo información galáctica que puedo dar a conocer, si quiero, desde la gran mantarraya cósmica en donde todos tenemos un lugar, y que algún día nos llevará de vuelta al cosmos.
¿Por qué a veces me firmo “Sonne”? Porque es mi tribu. Pertenezco a la tribu del Sol desde el nacimiento. Por qué en alemán? Porque así me llegó, oyendo la canción “Seemann” del grupo Rammstein, mientras ojeaba unos libros en una librería Gandhi de México. Me llegó como un canto antiguo del cual no sabía individuar el idioma. Nunca lo había escuchado; solo sentía que provenía de la noche de los tiempos y que me pertenecía, o que yo pertenecía a ese canto. Probé una gran emoción. Al enterarme de quien se trataba y de la historia de este grupo más allá de las apariencias y de su “industrialización”, sentí la profundidad de un pueblo que se rescata a si mismo. Al igual que aquellas manos juntas hechas de fuego en el auditorio londinense del joven grupo de Pink Floyd, cuando estrenaron “The dark side of the moon”, en marzo de 1973. Esas mismas manos son las que rezan al centro de la puerta del mural Fe en la Tierra para que la humanidad, entre los miles de conflictos de una sociedad siempre cambiante, encuentre equilibrio, armonía, paz, amor, alegría, un sentido a la vida y si quiere pelear, pues, que lo haga en pelea limpia, midiendo fuerzas, ya que este es el instinto del hombre.
Creo profundamente en que este gran continente, del cual se apañó los derechos de nombre sólo una parte de éste, algún día se convertirá en una sola entidad: desde Alaska hasta la Tierra del Fuego las naciones, libres y soberanas y con estas las biorregiones que forman parte del nuevo escenario, se unirán para formar una única coalición de fuerzas, en un mercado común sin patios traseros ni delanteros ni águilas con sus graznidos de supuestos imperios, de por sí ya obsoletos, ni de pueblos colonizados y mantenidos con dádivas para sustraer de ellos sus preciosas reservas naturales. Sin muros también obsoletos ni migraciones forzosas de un lado a otro del continente; sino a través de una colaboración real de intercambios entre los talentos de unos y las capacidades de otros, en vasos comunicantes no piramidales, en respeto a la tierra, el aire, el fuego, el agua, a la comunidad humana en su conjunto. Sin esta unión cualquier nación del continente está condenada a sucumbir frente a los retos que significan las nuevas grandes coaliciones que se están juntando poco a poco en el resto del mundo. Norte América, Centro América, Sur América son las tres partes de un mismo continente a través de una red de transportes, de comercio, de seguridad, de comunicación, de intercambio cultural y científico que lo juntará en una única entidad federativa. América, una sola nación. Todos somos americanos en este grande, intenso y posible espacio.
Cancún, Quintana Roo, México, Mayo 2024.